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No es el típico post sobre 10 errores que cometes al escribir en tu blog

El blogging se ha convertido en un auténtico fenómeno. Un simple bloguero, por su opinión y la calidad de sus contenidos, puede convertirse en un influencer que mueve masas de seguidores. También las propias empresas han encontrado un nicho de mercado que les sirve para conectar con sus usuarios fieles o potenciales, así como un escaparate donde mostrar sus productos y valores.

No existe ciencia cierta que nos diga cómo debemos escribir un post y si este triunfará. Como se suele decir, “cada maestrillo tiene su librillo” y cada uno sabe –con mayor o menor acierto– cómo redactar. No hay ningún secreto. Te sientas sobre el ordenador, abres un documento en blanco y dejas que tus dedos se deslicen sobre el teclado, si no sufres del llamado “bloqueo del escritor”.

Pero sí podemos averiguar a base del método “ensayo y error”, por tu propia experiencia y así como el conocimiento que has ido adquiriendo al analizar y observar otros posts, qué errores cometemos con mayor frecuencia cuando empezamos a escribir. Dejamos atrás las típicas equivocaciones que te habrás cansado de escuchar y leer, como: no poner un título llamativo o utilizar una estructura clara. Aspectos que, ¡ojo!, también son importantes pero probablemente ya hayas apuntado para prestarles una especial atención.

Te presentamos nuestro decálogo sobre errores que debes evitar a toda costa.

Escribir sobre temas demasiado recurrentes sin aportar ninguna novedad, ni valor.
Posiblemente, si echas un vistazo a algunos blogs que conozcas, verás que la temática general siempre parte de aquella que ha sido tratada de forma amplia por distintas personas. Depende de ti que tu post aporte valor y sea útil para los usuarios.

¿Por qué un blog de viajes destaca sobre otros? Además de que el contenido, sobre todo en este caso las imágenes, sea de calidad (esto siempre hay que cumplirlo, sin excusas), aporta algo nuevo que consigue que el usuario apueste por él como un blog referente dentro de esa temática. No te quedes solo en lo superficial, indaga y muestra aquello que no enseñan los demás.

En consonancia con el punto anterior, no reflejar en tus posts tu propia personalidad.
No eres un periodista, o a lo mejor sí, pero los blogs sirven para reflejar tu opinión, tus intereses e inquietudes. ¡Tienes que mojarte! Al escribir, debes mostrar cómo eres. Encuentra el tono y la forma que mejor plasmen esa parte de ti que, al final, es la que va a enganchar a tu audiencia y que te va a distinguir del resto.

No seguir una estrategia definida. Los calendarios de contenido son más útiles de lo que piensas.
Los profesionales no se sientan un día en frente de la pantalla del ordenador y empiezan a escribir sobre lo primero que se les pase por la cabeza. Como sabiamente expuso Pablo Picasso: “La inspiración existe, pero tiene que encontrarte trabajando”.

El primer paso es hacer un Empieza a escribir ideas sueltas, palabras, frases, párrafos enteros… Se trata de poner en papel todo lo que se te pasa la cabeza. Luego podrás hilar algunos temas y empezar a desarrollarlos. En la segunda etapa, debes planificar cuándo vas a publicar los posts, además de la periodicidad con la que publicarás en el blog.

Esto te servirá para tener claro qué contenido vas a publicar cada día escogido. Además, con previsión y tiempo, puedes encontrar fechas destacadas. Por ejemplo, si tu temática trata sobre la salud, existen días concretos –como el “Día Mundial de la Salud Mental”– donde podrás escribir un post relacionado con ello. Se trata de ser previsor, no dejes nada a la suerte (esta podría ser mala).

No aprovechar el storytelling.
El storytelling es el arte de contar historias. Y ahora puedes pensar, ¿pero esto no lo consigo a través del lenguaje que utilizo? Sí y no. Se trata de relatar (sin llegar a exagerar, ni inventar) de una forma original y creativa que atraiga al lector. Por ejemplo:

“Nuestros móviles tienen 16GB de almacenamiento”.

o

“No te quedes sin recibir fotos o audios de WhatsApp por no tener suficiente espacio de almacenamiento”.

No solo las palabras transmiten, utiliza todas las herramientas multimedia disponibles para enriquecer el contenido. Crea infografías, haz vídeos, enlaza a contenido propio o externo que pueda enriquecer al lector. Él te lo agradecerá con su fidelidad.

Por ello, te recomendamos que mires con detalle que gestor de contenidos vas a escoger, y el presupuesto con el que cuentas. Algunas versiones gratuitas no son “agradecidas” para el storytelling. Si no estás seguro sobre tus capacidades para crear tu propia página web. Existen empresas (como nosotros) que realizarán esta tarea por ti.

No experimentar.
Este punto está ligado al anterior. Olvídate de las típicas historias compuestas por introducción, nudo y desenlace, y que acabas adornándolas con una imagen. En este caso, no sigas las reglas. Nadie ha dicho que este sea el modo establecido. En el momento actual donde tantas plataformas confluyen, puedes optar por crear contenido multicanal.

No dirigir el contenido a tu audiencia.
Al inicio de tu blog, antes de crearlo, te plantearías una serie de cuestiones, como cuál iba a ser tu público. Nunca debes olvidar que creaste tu blog, y escribes los posts, porque quieres que estos sean visualizados en una determinada audiencia. Si tratas temas orientados para todos los usuarios, puedes perder el interés de aquellos que realmente te interesan. Veamos un ejemplo.

He decidido crear un blog donde voy a escribir posts sobre aspectos técnicos y complejos de los coches. Previamente ya decidí que mi target iban a ser los amantes a los automóviles con un alto conocimiento sobre este. Si escribo contenido superficial, intentando de este modo alcanzar a un público menos específico y menos entendido, es probable que pierdas el interés de los usuarios que buscabas alcanzar.

No dirigir el contenido al objetivo que buscas.
Similar al asunto anterior, tienes que tener presente cuál va a ser el objetivo de tu contenido, qué reacción quieres que tengan tus lectores. Este punto resulta más importantes para las empresas que buscan, a través de los posts, vender un producto o mostrar su imagen.

Para el caso de las compañías, deberán crear contenido informativo que sea útil para los usuarios nuevos que llegan al sitio. Si por el contrario queremos que los usuarios lleguen a la conversión, se crearán post más persuasivos donde podemos incluir testimonios y cupones de descuento. En definitiva, tienes que tener en mente el embudo de conversión, pensar en qué fase se encuentran tus usuarios y en base a ello, crear un tipo de post u otro.

Fuente: Flickr

Cada medio año, es recomendable revisar si los objetivos se están cumpliendo, para alinearlos o definir unos nuevos si vemos que los actuales no están logrando satisfacer nuestras expectativas.

No pensar que estás vendiendo tu marca personal.
Al final, con tu blog y sus posts, te estás vendiendo a ti. Estás exponiendo al resto de los usuarios tus conocimientos. No olvides que borrar datos de Internet es una tarea casi imposible. Tus posts siempre estarán ligados a tu nombre, a no ser que hayas utilizado un seudónimo. Si quieres tomarte con profesionalidad el blog, debes recordar que se trata de un trabajo real. No hagas ni escribas nada que pueda perjudicar tu imagen.

No optimizar el post.
A no ser que seas ya un llamado personaje público, empezarás a crear contenido y vender tus posts desde cero. Además de tener presencia en redes sociales, necesitarás que los usuarios te visualicen en internet. Para ello, necesitarás optimizar el post:

– Modifica las URLs. Deben ser amigables para los usuarios y los motores de búsqueda.
– Selecciona las palabras clave estratégicas para tu temática, y aprovecha el long tail.
– Modifica el Title SEO, la Meta description y el H1.

Si quieres encontrar más información sobre el tema, no te pierdas nuestro artículo Cómo conseguir que nuestro blog destaque en los motores de búsqueda”.

No revisar la escritura.
Vale, hemos intentado que este post no hablará sobre los típicos errores que cometes al escribir, pero este punto no lo podíamos dejar fuera. ¡Revisa, revisa y vuelve a revisar! No publiques contenido con faltas de ortografía, con frases mal estructuradas y que no tengan concordancia entre el sujeto y el verbo. Esto da una mala imagen sobre ti. Si quieres ser un profesional dentro de la blogosfera, necesitas cuidar hasta el más mínimo detalle.

Y el consejo más importante: lee. Escoge libros que te gusten, e incluso posts. Leyendo también se aprende a escribir y aumentas tu vocabulario.